viernes, 16 de agosto de 2013

Au revoir Bretagne

Se acabó el viaje a la Bretaña. Ya estamos en casa. Han sido unos días magníficos, un viaje diferente, un montón de km, una multitud de lugares visitados, unas imágenes para el recuerdo, una experiencia única. Merci et au revoir Bretagne.

jueves, 15 de agosto de 2013

A vueltas con Toulouse

Toulouse fue sólo un alto en el viaje de vuelta a casa. No visitamos la ciudad. Simplemente paramos en un bonito hotel a escasos metros de la Cité de l'espace. La intención era disfrutar de la piscina y relajarnos antes de llegar a Barcelona, y vaya si lo hicimos. Por cierto, el hotel estaba al lado de la autopista y tuvimos algunos problemas para encontrarlo, sólo nos hicieron falta tres vueltas y algo más de una hora deambulando. En fin...

Por la tarde corrimos alrededor de la Ciudad del espacio. La impresión desde fuera era más que curiosa, quizás en otra ocasión paremos en Toulouse y tengamos oportunidad de visitarla.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Un elefante en Nantes

Nantes, una ciudad anclada en el estuario del Loira se extiende en la confluencia del río con el océano. Su posición geográfica la ha convertido desde siempre en una ciudad de intercambio y comercio, abierta a todas las posibilidades. El castillo de los Duques de Bretaña recuerda que fue la capital histórica de Bretaña. Durante su edad dorada fue el primer puerto de Francia y eso aún se lee en las fachadas de los muelles. En la actualidad sigue siendo una ciudad en continua efervescencia donde la cultura brota por doquier.

Ana de Bretaña te da la bienvenida en la entrada de su castillo. Alrededor de los fosos nace el barrio de Bouffay, donde se halla la casa de Cambio (s. XV), las residencias del s. XVI (calle de la Judería) y construcciones del siglo XVIII. El Pasaje Pommeraye es una bonita galería cubierta.

Railes, diques secos y grúas de los astilleros han vuelto a la vida en la isla de Nantes. En los hangares reconvertidos vive un fabuloso bestiario animado que conduce a un universo digno de Julio Verde, el hijo predilecto de la ciudad. Las Máquinas de la isla son fascinantes e ingeniosas. La más impresionante es un elefante de 12 m.

martes, 13 de agosto de 2013

Rochefort-en-terre, un decorado

En medio de las landas y los bosques, Rochefort-en-Terre se yergue sobre un peñasco rocoso y se engalana con flores de todos los colores. Esa combinación le ha permitido entrar en el club de los pueblos más bonitos de Francia. Aquí se cuidan todos los detalles: callejuelas adoquinadas, rótulos armonizados… La ciudad parece una joya engarzada en el corazón de Morbihan. Son dignas de admiración las casas medievales de la encantadora plaza del Puits y de la calle Saint-Michel.

Y además esta bonita población también posee su propio castillo. La construcción del castillo de Rochefort-en-Terre data del siglo XII, pero fue reconstruido en el XVII. Aunque en el siglo XX, el pintor norteamericano Alfred Klots lo reformó, lo transformó en palacete y no tardó en convertir el pueblo en lugar de encuentro de artistas. Hoy Rochefort-en-terre conserva intacto todo su encanto, tanto que parece más un decorado que un pueblo real.

El canal soñado por Napoleón

El Canal de Nantes a Brest es un canal situado en Francia, que une las ciudades de Nantes y Brest a través del interior de Bretaña. Fue construido durante el siglo XIXy su longitud total es de 364 km (desde el Aulne en Landeleau al Erdre en Nort-sur-Erdre), con 328 esclusas a lo largo de su camino.

La idea original de semejante canal data del siglo XVI pero es sólo cuando Brest fue bloqueado por la flota inglesa que Napoleón I de Francia decidió construir este canal para asegurarse un nexo tierra adentro seguro entre los dos grandes puertos militares del frente atlántico francés. La construcción comenzó en 1811, y Napoleón III de Francia presidió la inauguración del canal en 1858. En 1923 la ruta del canal quedó rota por la presa de Guerledan. La navegación ya no es posible entre Maël-Carhaix y Pontivy.


Para disfrutar de semejante obra de ingeniería el día que estuvimos visitando el castillo de Josselin alquilamos unas bicis para hacer unos pocos km por este canal soñado por Napoleón.

El castillo de Josselin

Las imponentes torres del castillo de Josselin se reflejan en las aguas del Oust. El castillo, propiedad de la familia Rohan, una de las estirpes más antiguas de Bretaña, es el símbolo de esta bonita ciudad.

La historia de la ciudad está muy vinculada a su castillo, que domina la ciudadela. El castillo es de estilo gótico flamígero y un interesante ejemplo de la arquitectura feudal y renacentista. Fue fundado a principios del siglo XII y en la actualidad sigue estando habitado por los descendientes de sus fundadores. Posee unos bonitos jardines. Josselin y su castillo es de visita obligada si vas a Bretaña.

lunes, 12 de agosto de 2013

Vannes, una ciudad genuina

La ciudad romana de Darioritum se convirtió en Vannes (en bretón, Gwened: la blanca) con la llegada de los celtas. Con el golfo de Morbihan como telón de fondo y protegida por sus murallas, la ciudad vivió largos periodos de prosperidad gracias al comercio portuario, al poder religioso y al poder político. Todo ello queda plasmado en las casas medievales de entramado de madera y palacetes.

La plaza Gambetta, situada frente al puerto y orientada al Sur, tiene aires de localidad costera. Al cruzar el pórtico, aparece una calle bordeada de edificios del siglo XVII. Alrededor de la plaza des Lices, donde se desarrollaban los torneos en la Edad Media, los palacetes se codean con casas medievales de entramado de madera. Las fachadas se iluminan de colores que marcan un ritmo alegre al alineamiento de los edificios. Más allá de la catedral y de la Cohue, la calle Saint-Gwénaël ofrece un florilegio de celosías y voladizos que se declinan hasta la Puerta Prison: el acceso al pintoresco barrio de Saint-Patern. Desde la Puerta Prison se accede al paseo de la Garenne, que bordea las murallas del siglo XIII. Torres y puertas se suceden en armonía por encima del nivel de los jardines de estilo francés. Anexos a las fortificaciones, los lavaderos cubiertos de pizarra asoman al río Marle. Genuina, Vannes es una ciudad genuina y bonita, muy bonita.

Piedras milenarias en Carnac

Carnac es difícil de superar: 3.000 menhires se yerguen sobre las landas y trazan líneas de prácticamente 1 km. Es una de las concentraciones de piedras erguidas más extraordinarias del mundo. Las alineaciones más importantes son las de Menec, Kerlescan y Kermario. Junto a ellas, se hallan el túmulo de Saint-Michel y el gigante de Manio (un mehir de 6,5 m de altura). ¡Los menhires fueron erigidos entre 5.000 y 3.000 años antes de nuestra era. Existen varias teorías para explicar estos monumentos, algunas increíbles, aunque prácticamente todas evocan su función astronómica.

La ciudad de Carnac no son solo son sus famosísimos campos de megalitos admirables con la luz rasante de la madrugada o a última hora del día. También está el burgo, y Carnac-playa, una bonita extensión de arena fina que termina entre villas y pinos, y en la que comimos bajo el sol de Bretaña.

domingo, 11 de agosto de 2013

Pont Aven, un pueblo de pintura

Esta ciudad pequeña, recovecada en el estuario del río Aven, debe su notoriedad a la escuela de pintores que tuvo a Gauguin por maestro. Paseando junto a la ría, cruzando los puentes y pasarelas, resulta fácil imaginar cómo la poesía de los paisajes y la luminosidad de este puertecito fascinaban a los artistas.

El río Aven cruza la ciudad y pasa de río caprichoso a estuario tranquilo afectado por las mareas y habitado por algunos barcos. El agua salta entre los bloques de piedra redondeados y hace girar una o dos ruedas de molino, testigos de los 14 molinos que se conservan en activo. En el siglo XIX, la colonia artística que hizo escuela en este sitio bucólico, imprimió nuevos colores al pueblo. En la actualidad, las galerías de arte perpetúan el espíritu bohemio de antaño.

En busca de recursos y de temas «exóticos», los pintores llegaron a Pont-Aven a partir de 1860. Gauguin fue más aventurero que otros pintores de su época y fundó la Escuela de Pont-Aven en 1886. Desde la pensión Gloanec donde vivían, los pintores arrastraban su caballete hacia el Bosque de Amor. Actualmente, un delicioso sendero permite conocer sus lugares de inspiración. En el centro de la ciudad, lleno de galerías, un museo retrata esa época creativa.

Pont-Aven es un lugar ideal para pasar de los paisajes enmarcados a los paisajes al natural. El paseo Xavier-Grall conduce de una orilla a otra por puentecillos escondidos, junto a los lavaderos, canales y compuertas que riegan los vestigios de los molinos. Las orillas floridas colorean los muretes y los puentes de piedra. En el agua, una roca gigantesca conocida como el «zueco de Gagantúa»» recuerda que los héroes legendarios conocían ya lugares suntuosos.

Concarneau bajo la lluvia

Es difícil resistirse a la belleza de la ciudad amurallada de Concarneau. En el centro de la ciudad moderna y rodeada de una de las bahías más bonitas de Bretaña, se halla un pequeño enclave fortificado con caminos de ronda y callejuelas, junto al puerto pesquero y las playas.

El pasado costero y de plaza fuerte de Concarneau se lee en sus gruesas murallas del siglo XIV, completadas por Vauban en el siglo XVII. La intensa vida portuaria está grabada en los más de 200 barcos de pesca que animan los muelles y la subasta.

La ciudad amurallada, la ville-close es uno de los lugares más visitados de Bretaña. Se trata de un islote de 350 m de longitud por 100 m de longitud, que destaca por su atalaya y el cuadrante solar de la entrada. Dos puentecillos abren las puertas de las murallas. La arteria principal es la calle Vauban y está rodeada de casas encantadoras con carteles a tono con la época de la ciudadela. Por los lados nacen calles adoquinadas que se escapan hasta las aberturas que dan al puerto pesquero.

Para nuestra desgracia cuando visitamos Concarneau llovía y hacía un día desapacible. Y encima perdí mi gorra en el puente antes de entrar en la ville-close...!!!

sábado, 10 de agosto de 2013

Crêpe completa en Quimper

Quimper (la confluencia) se extiende alrededor de la unión del río Steir y el Odet. Al parecer mientras el rey Gradlon buscaba la mítica ciudad de Ys tragada por las aguas, convirtió Quimper en la capital de Cornouaille. Los romanos desarrollaron el destino comercial de la ciudad. En el siglo XIII, los gremios se instalaron alrededor de la catedral, que estaba en construcción. Los ricos emisarios del rey de Francia confirmaron el auge de la ciudad y construyeron palacetes. Desde entonces, la ciudad se extiende con elegancia a lo largo de sus muelles floridos.

La construcción de la catedral necesitó tres siglos. El resultado es uno de los mejores ejemplos del arte gótico. Las dos agujas se elevan a 76 m y están magníficamente restauradas. Hay que superar el pórtico para ver lucir los vitrales. Frente a los apóstoles, las calles adoquinadas nos conducen a la Edad Media, ante las casas medievales de la calle Kereon (zapateros) con bonitas perspectivas a Saint-Corentin. La plaza au Beurre y la calle Elie-Freron rivalizan en belleza.

De Quimper destacar dos cositas: la primera es que en la plaza au Beurre nos comimos una crêpe completa riquísima; la segunda es que pernoctamos en un hotel muy céntrico en una habitación dúplex más propia de un pueblecito de montaña del Pirineo que del centro de Quimper.

Raz, la punta de Bretaña

El extremo más occidental de Francia es la Punta del Raz. Entre rocas abruptas y un mar esmeralda, cuando uno mira al Atlántico ve la isla de Sein y, en los días claros, hasta el faro de Ar Men. No hay una panorámica más emblemática.

La Punta del Raz se eleva a 70 m de altura. La Punta, esculpida por el mar y batida por los vientos, vale por sí sola un viaje a Bretaña. Ante ella se yergue el faro cuadrado del islote de la Vielle, que fue inaugurado en 1887 y no fue automatizado hasta 1995. Hasta entonces los fareros se sucedían en condiciones climáticas a veces muy difíciles.

Desde 1996, la Punta del Raz es un entorno natural protegido con un aparcamiento en la entrada y senderos señalizados. Son medidas indispensables para conservar el equilibrio ecológico de la Punta a pesar del millón de visitantes que recibe anualmente. Así ha podido conservar su carácter salvaje y único. Como anécdota decir que tras una breve incursión por las piedras de la Punta, al volver al coche me dí cuenta de que había dejado la ventanilla del conductor bajada; por suerte todo estaba en su sitio, menudo susto.

viernes, 9 de agosto de 2013

Visita a Oceanópolis

El día se presentó tapado de nubes, y aunque estaba prevista, la visita a Oceanópolis resultó de lo más adecuada dadas las circunstancias climáticas.

Oceanópolis es un parque acuático que se ubica en Brest. Recrea todos los océanos del mundo: tropical, templado y frío. Los numerosos animales acuáticos de encuentran en enormes acuarios, tiene incluso una clínica para focas.

Personalmente encontré a faltar las tortugas gigantes, las ballenas, los delfines... y los espectáculos a que estamos acostumbrados en los parques similares en España. Vaya, que está bien pero no resulta impresionante.

El faro de Saint Mathieu

Los acantilados abruptos barridos por el viento y el mar, un faro imponente que vela sobre las ruinas de una antigua abadía. La punta de Saint Mathieu es un lugar único en Bretaña y en el mundo.


Cuenta la leyenda que al trasladar el cuerpo del apóstol Mateo, unos mercaderes de Léon se salvaron milagrosamente de un naufragio ante la punta. En el siglo VI, para albergar las reliquias del santo, Tanguy fundó el primer monasterio. De esta abadía se conserva la fachada romana, las bóvedas de piedra del coro y los arcos de la nao. Durante el crepúsculo es excepcional porque recibe la iluminación del faro y se realza toda su belleza. 

El sendero marítimo de la punta conduce a los menhires cristianizados. Estas dos piedras coronadas por una cruz se conocían como la “Horca de los monjes”. Si vas a Bretaña no puedes dejar de visitar este sitio mágico, te cautivará.

jueves, 8 de agosto de 2013

Brest, una ciudad reconstruida

Brest es la segunda ciudad administrativa de Bretaña. La ciudad sufrió los bombardeos de 1944, pero ha sido capaz de reconstruirse a sí misma. Aparentemente es una ciudad que mira más al futuro que al pasado pero que sorprende por sus impresionantes construcciones. Destaca el puente del Iroise: un puente soberbio de tirantes inaugurado en 1994 para superar el río Elorn. Junto al puente destaca imponente el castillo y su museo de la Marina, así como el puerto comercial, que tuvo su apogeo durante la Revolución industrial.

Roscoff y el dolor de muelas

A la vuelta de la isla de Batz pasamos unas horas en Roscoff. En mi caso resultaron nefastas por un terrible dolor de muelas que me obligó a pasar por la farmacia. Aún así, Roscoff es para no perdérsela. La ciudad fue construida sobre una península abierta a la Mancha, posee casas que construyeron ricos armadores muy ornamentadas, una iglesia gótica flamígera, un bonito puerto, etc.

Desde siempre el comercio ha dado prosperidad a Roscoff: telas, sal, maderas… y hasta cebollas exportadas a Inglaterra en el siglo XIX. Este vínculo con Reino Unido sigue siendo importante porque muchos barcos hacen el recorrido hasta Inglaterra e Irlanda. Resulta muy agradable pasear por esta población, observar sus casas decoradas con agujas, gárgolas y cornisas, que hablan de esa opulencia pasada.

El silencio en la isla de Batz

Otro día en Bretaña. Ponemos rumbo con el coche a Roscoff. Cuando llegamos aparcamos y nos dirigimos al embarcadero para coger una de las naves que llevan a la isla de Batz. ¡Quince minutos de travesía… y se alcanza la paz!


La encantadora isla de Batz se visita a través de sus magníficos senderos costeros. La isla vive de la pesca, el cultivo de hortalizas y del turismo. A pesar del calor y la gente resulta fácil impregnarse del ritmo de la isla, saborear la tranquilidad y disfrutar de la belleza exuberante de su vegetación. Un remanso de paz.

miércoles, 7 de agosto de 2013

De Lannion a Guingamp

Dejamos atrás la costa de granito rosa y el emblemático faro de Ploumanach para dirigirnos a dos poblaciones más: Lannion y Guingamp. 

Lannion y Guingamp son comunas del departamento de Côtes-d'Armor. En la primera población tuvimos la oportunidad de disfrutar de una jornada especial: había juegos de mesa en la plaza mayor, y la mayoría de comerciantes habían sacado sus puestos a la calle; resultó un lugar muy acogedor. A la segunda población llegamos bien entrada la tarde, apenas había actividad y no pudimos apreciar más que ligeramente algunos elementos de su arquitectura y su historia.

El sendero de granito rosa

La costa de granito rosa  es el nombre de una zona de la costa atlántica de Francia, localizada en el Canal de la Mancha perteneciente al departamento de Côtes-d'Armor. Toma su nombre del hecho de que el granito que aflora tiene un color dominante marrón tirando a rosáceo que procede de la combinación de tres minerales distintos presentes en el granito: la mica, que le da el color negro, el feldespato, que le da su color rosa y el cuarzo.

Esta particularidad geológica se presenta en un tramo de litoral de más de 10 km en las comunas de Perros-Guirec yTrégastel. Además de su color característico, la costa está salpicada de grupos caóticos cuyo florón es el sendero de los Aduaneros (sentier des Douaniers) que parte del Ranolien y alcanzan la anse Saint-Guirec en Ploumanac'h, en la comuna de Perros-Guirec.

El Sendero de los Aduaneros fue creado en 1791 para poner freno al contrabando. Actualmente permite bordear la costa bretona a lo largo de 1.300 km, partiendo del puerto de St. Nazaire hasta el Mont-St-Michel y ha pasado a ser el GR 34. 

Nosotros hicimos una parte muy pequeña de este sendero, la que va de la playa de Perros Guirec y llega hasta el emblemático faro de Ploumanach. Resulta fascinante ir descubriendo posibles figuras y formas en las rocas y la visión del faro se convierte en algo absolutamente impresionante.

martes, 6 de agosto de 2013

Primer contacto con el mar en Erquy

De cabo Fréhel nos vamos a Erquy. Numerosas playas de arena fina, un puerto pesquero conocido por sus deliciosas vieiras, senderos para caminar… Erquy parece un excelente lugar para tener nuestro primer contacto directo con el mar durante este viaje, aunque al final sólo sean los pies los que se mojen pues la marea no da para mucho más.


De noviembre a marzo, desde el parking cercano al dique seco los pescadores descargan los sacos de marisco antes de proceder a la subasta. Ahora en agosto este espectáculo no es posible disfrutarlo. Como curiosidad decir que Equy es el poblado de Astérix. ¿Recuerdas que tenía tres piedras a lo ancho de un cabo bretón y una cantera?. Pues sí, es Erquy. Este lugar inspiró al dibujante Uderzo, que de niño solía pasar sus vacaciones aquí.