Mi gran amigo Tomás estuvo muy fastidiado en junio, y esa circunstancia me dejó bastante tocado. En un momento de intensa espiritualidad le prometí a la virgen de Montserrat que si Tomás superaba esa situación de salud tan delicada iría andando hasta el santuario de Montserrat en señal de acción de gracias. Con gran alegría hoy puedo decir que mi gran amigo salió adelante y yo sentía la necesidad de ir a Montserrat a agradecérselo personalmente a la virgen morena.
En compañía de cinco buenos amigos (Tomás V, Oriol, Toni, Pedro J y Gonzalo) el sábado 22 de octubre pude cumplir mi promesa. Durante diez horas caminamos desde Cornellà hasta el santuario de Montserrat. Hubo de todo: ampollas, dolor, palabras, risas y mucho mucho compañerismo. Allí arriba nos esperaba Tomás, juntos fuimos a darle las gracias a la virgen, nos hicimos las fotos de recuerdo y compartimos mesa, antes de volver a nuestros hogares. La experiencia ha sido genial y todos nos hemos propuesto volver a hacer alguna otra excursión juntos, seguro que no tardará en llegar. Gracias amigos por compartir una jornada tan emotiva conmigo, gracias Tomás por estar ahí para verlo y vivirlo junto a nosotros, y muy especialmente gracias virgen de Montserrat por permitirlo.