Puede parecer un juego de palabras pero no lo es: no se decir "no". Curioso que en una misma frase salga la negación tres veces y en todas tenga un sentido distinto. Personalmente siempre he hecho una apuesta decidida por la positividad, la responsabilidad, el criterio, el testimonio, nunca hasta la fecha he eludido o evitado compromiso alguno. ¿Me ha aportado felicidad esta manera de hacer? en muchas ocasiones sí, aunque no siempre. Y por lo que sé, esta aversión a decir "no" forma parte del leif motiv de muchas personas.
Debemos aprender a decir "no" cuando es "no", sí cuando es sí, y lo que corresponda en otras ocasiones. La negación ante determinadas cuestiones, situaciones o retos de la vida no tiene por qué ser síntoma de cobardía o inmadurez, al contrario, cuando sea fruto de un proceso de discernimiento supone una auténtica liberación y demuestra honestidad y compromiso con la realidad y con nosotros mismos. Aprendamos a decir "no" sin miedo, sin agobios, sin violentarnos. Que sea un "no" liberador, comprometido, justo. Ya sabéis que me gustaría deciros que sí pero...