Llegó el día que estábamos esperando desde hacía dos años, por fin NYC. Barcelona, Ginebra, New York en apenas diez horas de vuelo. New York, la ciudad que nunca duerme, nos recibió con una fina y molesta lluvia que no impidió una primera impresión llena de impactos visuales y sonoros, desde el propio JFK y especialmente con la entrada en Manhattan.
La ubicación del hotel fantástica, en la 34 con Lexington, a unos pocos minutos a pie de la gran movida. La vista desde la habitación en la planta 34 del hotel increíble, especialmente de noche, donde la majestuosa figura del edificio Chrysler destacaba por encima de las demás megaconstrucciones. Dejar las maletas y empezar a caminar para ubicarnos fue lo primero que hicimos, aprovechamos también para recoger el New York Pass que tanto aprovecharíamos en días sucesivos. Hi, NYC, we've arrived.