
Los dos documentales que vimos son muy impactantes, no tanto por la crudeza de las imágenes sino por la dureza de los hechos que las víctimas relatan. Se trata básicamente de niñas y mujeres que han sido violadas y de niños soldado que han sido secuestrados y obligados a disparar contra un supuesto enemigo. Durante la proyección los alumnos mantuvieron un silencio espectacular, que se rompió con un aplauso tras la lectura del manifiesto.
Seguro que con esta iniciativa no acabaremos con la violencia, el odio o la guerra, pero es una manera de hacer visibles todos esos rostros invisibles de las víctimas inocentes. Sirva pues este pequeño acto para homenajear a tantas y tantas personas que padecen las consecuencias de la violencia, y para aupar un poquito más la bandera del diálogo, la justicia, la equidad y la PAZ.