sábado, 28 de junio de 2008

Mamma mía

El sábado pasado, aprovechando que Ignacio y Cristian están en Barcelona, fuimos a ver el musical Mamma mia!. Cuenta la historia de Sofi, una veinteañera que el día antes de su boda decide conocer la verdadera identidad de su padre. Sofi y Donna, su madre, viven en una isla griega hasta la que llegan los tres posibles padres de Sofi y empieza el lío.

Es un musical que destaca por las canciones del famoso grupo sueco Abba. La puesta en escena y la actuación de los actores es correcta, el sonido resultó deficiente en la segunda parte del espectáculo y el calor abrumador, aún así el resultado final es excelente. La voz de Nina increíble. El público estuvo relajado (excepto Laura que bailó sin parar durante tres horas) hasta el final del espectáculo, momento en el que todo el mundo puesto en pie coreó y se movió al ritmo de las canciones de Abba. Que no pare la música.

Una voz profética y crítica

Església plural ha celebrado hoy una diada por el pluralismo en la Iglesia. El ponente principal ha sido Jose María Castillo, el autor de referencia de Joserra.

Castillo, que acaba de dejar la Compañía de Jesús con 78 años, tiene infinidad de libros publicados y goza de un merecido prestigio en los círculos más progresistas de la iglesia católica. Conocedor de varios idiomas, escritor prolijo, dominador de la oratoria y hombre con una experiencia vital intensa, hoy ha hablado del pluralismo dentro de la iglesia.

Para Castillo la iglesia es plural o no es. El problema más grande de ese pluralismo, que debe ser visto y vivido como oportunidad y no como amenaza, es la intolerancia. Todos somos intolerantes y nos creemos con el derecho y la obligación de imponer nuestros criterios a los demás, en la iglesia y en la sociedad. Esa intolerancia es consustancial al ser humano pero puede y debe ser educada para minimizar sus efectos negativos. Se necesita una teología, una ética y una liturgia del pluralismo.

Castillo, con un sentido del humor muy andaluz, ha levantado su voz crítica contra la intolerancia de la jerarquía eclesial y ha hecho gala de su optimismo vital cuando ha dicho que "para que las cosas vayan bien primero han debido ir muy mal" y, ciertamente, en muchos temas de iglesia las cosas están empezando a tocar fondo.

Castillo me ha recordado mucho a Joserra, he sintonizado ampliamente con sus planteamientos y me ha gustado oirlo. Lamento profundamente que voces como la suya sean silenciadas en la iglesia, una institución a la que amo profundamente pero que necesita una renovación profunda. Gracias profeta.

Balance

Este lunes se acaba el curso y es un buen momento para hacer balance, tanto desde el punto de vista cualitativo como cuantitativo.

Ya he dicho en ocasiones anteriores que ha sido un año agotador (para mí los años se miden según el calendario escolar). La tutoría de cuarto de la ESO, la coordinación de bachillerato, libros nuevos para Enciclopedia Catalana, cursos de formación... Llego cansado y con ganas de introducir algún cambio, aún así el balance final es tremendamente positivo.

Si me remito a los números las cuentas salen bien: todos los alumnos de mi tutoría que estaban en la cuerda floja han obtenido el título (cinco no lo han conseguido, lo siento especialmente por dos ellos), prácticamente todos los alumnos de segundo de bachillerato que han hecho la selectividad han aprobado (sólo dos de cincuenta y ocho no lo han conseguido y, francamente, tenían más números para eso que para aprobar), los libros de Tecno ya están en las escuelas y la previsión de ventas es tan buena como en años anteriores... en definitiva números buenos, muy buenos.

Mirando a las personas también ha sido un año intenso: lo más destacado mi boda con Olga en setiembre, el aborto de María, el nacimiento de Cesc y Carla... tampoco han faltado noticias tristes, en especial la muerte de Joserra y más recientemente la de Santiago. En el cole también hubo bodas y nacimientos, sustituciones y últimamente despedidas. En este último apartado esta semana hemos dicho "hasta pronto" a Amalia, Andreu y Maribel. Cada uno de ellos tiene ahora un nuevo reto por delante, pero casi con toda seguridad vinculado a la docencia.

Mucha suerte tutorandos, alumnos de segundo de bachillerato y compañeros. Que toméis las mejores decisiones y que vuestro futuro esté lleno de oportunidades aprovechadas y éxitos compartidos. Adelante.

jueves, 26 de junio de 2008

El niño con el pijama de rayas

Segundo libro en menos de una semana. Lo he leído en apenas cuatro o cinco horas. Extraordinario.

La novela de John Boyne cuenta la historia de Bruno, un chico de nueve años, hijo de un comandante nazi del campo de concentración de Auschwitz en plena Segunda Guerra Mundial. Bruno, de nueve años, quiere ser explorador, y ese interés por lo que ocurre más allá de la valla que ve desde su ventana (donde todos llevan un pijama de rayas) le llevará a descubrirá el horror de la guerra, aunque no llegue nunca a ser consciente de todo lo que eso conlleva.

Bruno entabla una especial amistad con Shmuel, un niño judío de su misma edad, pero que vive al "otro lado de la valla". La última aventura de Bruno pasa por ponerse un pijama de rayas y entrar en el campo de concentración para ayudar a Shmuel a encontrar a su padre. El final, aunque previsible, no se puede desvelar, sería de mal gusto por mi parte.

Novela para todos los públicos, con reminiscencias de "La vida es bella", pero que aporta la novedad de explicar la tragedia desde los inocentes ojos de un niño alemán. Si aún no la has leído, ¿a qué esperas?

El asombroso viaje de Pomponio Flato

Aún no he empezado las vacaciones pero el ritmo de trabajo ha menguado mucho y eso me ha permitido empezar a disfrutar de las muchas lecturas que he ido acumulando a lo largo de los últimos meses. El primer libro que he leído ha sido "El asombroso viaje de Pomponio Flato", de Eduardo Mendoza.

Confieso con cierta verguenza que no había leído nada de Mendoza hasta ahora y, por tanto, he descubierto un autor aunque no se si este libro es representativo de su estilo. Trata de un romano llamado Pomponio Flato (en alusión a sus flatulencias) que busca por todo el imperio las aguas de la sabiduría; en este periplo aparece en Nazaret justo cuando van a crucificar al padre de Jesús y éste le pide ayuda para averiguar la verdad y demostrar la inocencia del carpintero.

Está escrito con mucha ironía y sentido del humor. Personalmente he conectado, es una lectura entretenida y sorprendente, que hace una relectura cómica de las novelas históricas de romanos e incluso de los evangelios apócrifos. Con Mendoza empieza la temporada estival de lectura, que no pare.

martes, 17 de junio de 2008

Los contrastes de la vida

Hoy ha tenido visita en el oncológico mi madre. La semana pasada le hicieron una punción medular y hoy su doctora le daba los resultados: no hay ninguna célula cancerígena. Magníficas noticias. Han pasado dos años desde que le diagnosticaron la leucemia y, gracias a Dios, sigue con vida, incluso me atrevería a decir, que con buena calidad de vida.

Hoy, también, me han comunicado la noticia de la muerte de Santiago, víctima de un cáncer con metástasis. Tenía 43 años. Deja mujer y dos hijos. Coincidí con Santiago varios años, aquellos en los que él trabajaba en Akwaba y yo era el presidente. Le recuerdo como una persona de trato agradable, tranquilo, buen animador de los chavales de Xarxa. Él y su familia se fueron a Sevilla buscando aún más tranquilidad y sosiego. Los caprichos del destino quisieron que a los pocos meses le detectaran un cáncer, del que parecía que podía salir, pero que finalmente se ha mostrado intratable.

Así es la vida, noticias buenas y tristes el mismo día, nacimiento y muerte, éxito y fracaso... Si hace poco celebrábamos el nacimiento de Cesc y de Carla, hoy lloramos la muerte de Santiago. No cabe duda que la vida misma es un puro contraste. Desde aquí le pido a Dios por el eterno descanso de su alma. Descansa en paz amigo Santiago.

lunes, 16 de junio de 2008

Suficiencia

Hoy se han acabado las clases en mi escuela. Los tres días que siguen se dedican a los llamados exámenes de suficiencia, es decir, la última oportunidad para aquellos alumnos que todavía tienen asignaturas pendientes.

He llegado francamente muy cansado al final de curso. La relación con los alumnos y las clases me llenan mucho, todavía tengo la vocación a flor de piel, pero cada vez me supone un mayor desgaste. Lo más crudo es que mis alumnos siempre tienen la misma edad mientras que yo cada vez soy más viejo, y aunque tengo una gran capacidad para ponerme a su nivel, las generaciones que suben están muy mancadas de hábitos -que no de valores- y eso hace que mi trabajo sea cada vez más duro para tratar de romper una inercia de pasividad e introducir más ritmo, esfuerzo y trabajo en sus vidas.

Aún queda lo más duro para algunos alumnos, la suficiencia, y también para mí, la junta de evaluación. Espero y deseo que la mayoría puedan seguir la opción que han escogido para su fututo, pero si en algún caso no es así seguro que no ha sido porque yo no haya motivado suficiente. Ánimo chavales.

domingo, 1 de junio de 2008

El carnet de conducir

(Adaptación libre de la homilía que he escuchado hoy en la parroquia)

En España para obtener el carnet de conducir debes pasar dos exámenes: el teórico y el práctico. Por mucha teoría que hayas leído y asimilado, si no demuestras dominio del vehículo y de la conducción no tendrás el carnet. De forma parecida, si tienes destreza al volante pero demuestras desconocer el código de circulación también te quedarás sin el preciado carnet.

Esta metáfora del carnet de conducir sirve para ilustrar lo que debe ser un buen cristiano: la fe y las obras deben ir de la mano. No es suficiente con creer o tener fe, hay que ser buena persona y no quedarse en las apariencias. Por otra parte, las obras sin fe pueden acabar convirtiéndose en una especie de activismo vital intrascendente.

No cabe duda que el examinador es Dios y conviene prepararse bien los dos exámenes pues la salvación nos llegará por la fe y las obras. Es posible que si tuviéramos el resultado en estos momentos muchos de nosotros no superaríamos el corte (miembros de la jerarquía incluidos), de manera que a ver si todos nos ponemos las pilas, nos esforzamos un poco y hacemos del amor nuestra bandera, ésa será la mejor manera de aprobar el juicio definitivo. Que así sea.