Ayer murió Vicente Ferrer. En Anantapur (India) todos lloran la muerte del father, y el mundo entero se siente hoy un poco más huérfano. Este ex-jesuita, símbolo de la cooperación internacional, luchador infatigable contra la injusticia y el hambre, abanderado de los derechos de los intocables... dejó ayer este mundo para seguir velando por todos nosotros desde la casa del Padre.
Ferrer ha sido el artífice de la construcción en Anantapur de numerosas clínicas, hospitales, escuelas, pozos, caminos... era un gran filántropo, pero sobre todo era una persona comprometida con su fe, con una clara opción por los más pobres y oprimidos, era el grano de mostaza que menciona el evangelio, era un constructor del Reino de Dios.
Vicente Ferrer solía decir que "ninguna buena acción se pierde nunca, simpre queda en algún lugar de este mundo". Magnífica frase. Sin duda, todas las buenas acciones de Vicente permanecerán para siempre en todos y cada uno de los rincones en los que estuvo y en los corazones de todos aquellos que tuvimos la suerte de conocerlo aunque sólo fuera a través de su testimonio en la distancia. Hoy todos lloramos tu pérdida y felicitamos a Dios porque va a tener la suerte de recibirte en su casa para siempre. Gracias father.