Casi nada, mañana celebro cuatro décadas, o lo que es lo mismo, cuarenta años. Así es, nací el 1 de marzo de 1969, el mismo año en que el hombre llegó a la Luna y en que hubo un terremoto en Extremadura que precipitó mi venida al mundo.
De la década de los 70 sólo tengo algún que otro recuerdo de infancia, la mayoría de los cuales se refieren a situaciones vividas durante la etapa de EGB en el colegio Santiago Apóstol, un colegio que por muchas razones ha marcado y sigue marcando mi vida.
De los 80 destacaría una adolescencia teñida por la búsqueda incesante de mí mismo y de mi lugar en el mundo, todo ello con un ligero tupé en el pelo y a ritmo de Elvis.
Los 90 tuvieron dos mitades: la primera comprende los años de Telecos, las primeras decepciones en los estudios, los grandes esfuerzos académicos y la consecución del ansiado título. La segunda mitad abarca el trabajo en el Clot, los estudios de Teología, Akwaba, los viajes de cooperación a África, Honduras...
La última década es, sin lugar a dudas, la más importante en mi vida y en la que he vivido los acontecientos más destacados. A nivel profesional destacaría mi paso por el Sant Jaume, el Tecla Sala, y más recientemente la FECC; también los libros y las guías editados con Enciclopedia Catalana y Mac Graw-Hill. A nivel personal, el hecho de formar una familia con Olga y los niños, sin duda mi tesoro más preciado.
Estos cuarenta años están llenos de anécdotas, de personas, de testimonios, de familia y amigos, de objetivos, de sueños, de metas, de éxitos, de fracasos, de viajes, de fe... en definitiva, de vida. Gracias a todos los que formáis o habéis formado parte de mi historia personal a lo largo de estas cuatro décadas. ¿Qué sería de mí sin vosotros?.