El martes vino a la escuela Arcadi Oliveres y pronunció una conferencia con el título: "Ante la guerra podemos trabajar por el desarme". Arcadi Oliveres es profesor titular de Economía aplicada en la UAB y presidente de "Justícia i Pau", una entidad cristiana con más de 40 años de existencia, cuya finalidad es la promoción y defensa de los derechos humanos, la justicia, la paz, el desarme, la solidaridad y el medio ambiente.
La conferencia de Arcadi Oliveres tuvo tres partes: 1.Las mentiras de las guerras, 2.¿Por qué hay guerras?, 3.La opción por una cultura de la paz.
Parece evidente que la primera víctima en una guerra es siempre la verdad. Detrás de todos los conflictos se esconden numerosas mentiras. Oliveres puso el ejemplo de las guerras de Irak y Afganistán: no había armas de destrucción masiva, todavía no se ha capturado a Osama Bin Laden, la mujer afgana sigue siendo marginada, etc. También en "tiempo de paz" hay mentiras veladas, por ejemplo el dinero que oficialmente se destina a defensa en España es el doble de lo que marca el presupuesto oficial porque hay numerosas partidas ocultas.
Hay guerras por muchas razones, entre otras porque hay armas, científicos trabajando para la industria bélica, soldados, etc. Detrás de todas las guerras hay numerosos intereses, básicamente económicos y políticos, pero también geoestratégicos, religiosos... En realidad, la guerra es un gran negocio que sirve a los intereses de los poderosos y, por tanto, siempre habrá guerras.
¿Qué podemos hacer individualmente frente a la cultura de la guerra? Optar por una cultura de paz. Y esto pasa por muchas cosas concretas: renunciar a un móvil nuevo y gratuito si detrás hay empresas que fomentan las guerras (con la presencia de niños soldado), renunciar a una consola si la mayoría de los juegos hacen de la violencia el secreto de su éxito, declararse objetor, renunciar a la promoción o al uso de la guerra o la violencia como método de resolución de conflictos, etc.
Arcadi Oliveres es un referente en el movimiento pacifista en España y en el mundo. Su lucha por la justicia y la paz le han hecho acreedor de un gran prestigio. Si su ejemplo cala entre los que tuvimos el inmenso placer de asistir a su conferencia, también nos convertiremos en promotores de esa cultura de la paz que tanto promueve Arcadi.