
Excelente largometraje, donde el protagonista es una persona en búsqueda permanente de algo que le de sentido a su vida. Cuando, por azar, lo descubre (serán los niños del orfanato) se entrega a ellos en cuerpo y alma. La película sorprende por la calidez de los personajes y por la dureza de la historia personal y colectiva que cada uno de ellos esconde tras de sí. Las palabras finales son muy bellas, tanto que es fácil dejar que alguna lágrima resbale mejilla abajo. En fin, os la recomiendo, no quedaréis defraudados.