jueves, 23 de diciembre de 2010
La silla vacía
Se acercan las fiestas de Navidad y con ellas el fin de un año en el que he perdido a dos seres queridos: mi tía Fernanda y mi suegro José Luis. Las personas que han perdido a un amigo o familiar hablan del "síndrome de la silla vacía", es decir, de la triste sensación de pérdida y vacío que se experimenta en días tan señalados al constatar que la silla que ocupaba siempre esa persona ahora no está ocupada o simplemente no está. Supongo que no toca más remedio que pasar por ese trago. En cualquier caso, la silla estará vacía pero el corazón está lleno de recuerdos y experiencias que son capaces de vencer a la muerte y, por eso mismo, perdurarán para siempre.