Basada en la novela homónima de Alberto Méndez, Jose Luis Cuerda firma esta película centrada en la postguerra civil española, donde no hay vencedores ni vencidos. Los actores Maribel Verdú, Javier Cámara y el desconocido Raúl Arévalo hacen un trabajo magnífico.
Sinopsis: Cada vez que Elena cierra la puerta de casa, echa la llave a sus secretos. Su marido, Ricardo, antifranquista y comunista, lleva años escondido en el piso donde conviven con sus hijos. Salvador, un diácono desorientado tras luchar en la guerra, vuelve al seminario de Orense cargado de dudas vocacionales. El Rector envía a Salvador a dar clases en el colegio donde estudia Lorenzo, el hijo de Elena, a quien Salvador cree viuda. El diácono se obsesiona con ella y la acosa. La frágil realidad de la familia se tambalea. El interés desmesurado de Salvador desencaderá una serie de nefastos acontecimientos.
La película recuerda, por la estética y por el argumento, a otras que han golpeado la memoria colectiva del franquismo. Estos girasoles ciegos son dignos de ver y merece la pena reflexionar sobre todo lo que subyace y denuncia la película, eso sin ser una de aquellas que no se olvidan. Quizás el libro sí sea de esos que dejan huella.