domingo, 14 de septiembre de 2008

Una cuestión de carácter

Debe ser una cuestión básicamente genética o, al menos, eso es lo que yo creo. Me estoy refiriendo al carácter de las personas. Seguro que además influyen otros factores como la educación, el entorno, las circunstancias... pero estoy convencido que los marcadores genéticos son los predominantes.

El carácter configura nuestra personalidad y es un elemento distintivo de nuestro ser en el mundo. Hay caracteres amables, sensibles, cariñosos, solidarios, irascibles, insufribles, tediosos... Desde luego yo no puedo decir que mi carácter sea fácil, mi familia y mis amigos pueden dar fe de ello, y no obstante intento pulirlo cada día (otra cosa es que vaya teniendo éxito en el intento). Mis cambios de humor constantes, el tono elevado que utilizo para recriminar cualquier cosa a alguien, el hecho de aislarme en momentos de tensión... desde luego no se lo pongo fácil a la gente.

Los que no me conozcan demasiado puede que se sorprendan con lo que están leyendo, mientras que los allegados estarán aseverando con la cabeza y congratulándose con el reconocimiento de la situación y el declarado propósito de mejora diaria. A unos y otros os pido perdón por las dificultades en la relación derivadas de mi carácter, os invito a recriminarme (desde el respeto) todo aquello que no os parezca bien y, por último, os demando una paciencia y un amor infinito. Seguro que antes o después os sabre recompensar.