
Durante muchos años de mi vida he estado vinculado a una ONG que trabajaba (y trabaja) haciendo cooperación al desarrollo directamente con un país africano. Durante todos esos años estaba tan inmerso en la dinámica de la organización que la propia inercia me empujaba a seguir haciendo cosas y reconozco que me faltaba distanciarme un poco para tener una actitud más crítica. A veces no es sólo cuestión de buena voluntad, hay que pararse a ver si realmente merece la pena hacer lo que uno hace, si soluciona problemas reales, si contribuye al desarrollo, si no es un parche en la rueda... aún le estoy dando vueltas a todo lo que he leído. Sinceramente, recomiendo la lectura de este libro a todos los que tienen relación directa o indirecta con el tema de la cooperación.