
Me impactó tanto "La misión" que quise ser jesuita. También me impactaron las duras imágenes de "Los gritos del silencio". Con estos precedentes mis expectativas sobre la última película de Roland Joffé estaban por las nubes. Pero la decepción ha sido grande. El guión es correcto, el retrato de Escrivá de Balaguer y de la guerra civil española también y, sin embargo, la película no está completa, le falta algo, le falta esa complicidad con el espectador que le hace identificarse con el personaje hasta las últimas consecuencias. Está claro que después de ver la película no me voy a hacer miembro del Opus Dei ni siento más simpatía por José María Escrivá de la que sentía antes de verla. ¿Qué ha hecho mal Joffé?. Quizás sea sólo una percepción mía pero en esta ocasión los dragones se lo han comido.