
Novela y con un protagonista monje de Montserrat, con esa combinación era obvio suponer que tenía muchas ganar de leerla y así lo he hecho. He disfrutado mucho con la historia, con el personaje, con el vocabulario, con todo. Empiezo por el final, reconozco que no estoy tan habituado a leer en catalán y algunas palabras eran totalmente desconocidas para mí, eso ha hecho que mi velocidad de lectura fuese menor que en otras ocasiones pero también me ha permitido gozar de una lengua que amo y con la que convivo. Volviendo al personaje, el monje Ubach me ha parecido encantador, ojalá hubiese tenido la oportunidad de conocerlo. La historia, por su parte, me obliga a intentar visitar el Museo Bíblico la próxima vez que vaya a Montserrat. Y, por último, admito que he descubierto a un autor muy interesante, tanto como para leer las otras dos obras que tiene escritas hasta el momento.