
Ha vuelto el mejor Woody Allen. Después de su nefasta aventura fílmica en Barcelona, su medianoche parisina resulta de lo más gratificante. La historia es sugerente y original, Owen Wilson hace de Allen mejor que el propio Allen, la literatura y el cine se dan la mano, París se muestra en todo su esplendor... estos y muchos otros ingredientes me permiten recomendar la película incluso para aquellos, que como yo, no son unos incondicionales de Woody Allen.