
Conmovedor, gratificante, duro, pedagógico, reflexivo... seguiría adjetivando el libro y no acabaría. A mis alumnos de bachillerato les leo un trocito y ya les resulta impactante, cuando lo lees en su totalidad comprendes por qué es uno de los diez libros más leídos de la historia de la humanidad. Está claro que la felicidad y el sentido de la vida van cogidos de la mano, aceptando esta evidencia el libro nos urge a encontrar el sentido de nuestras vidas, situando las personas, las cosas, los sentimientos, las opiniones, la espiritualidad en el lugar que cada uno le quiera otorgar. Yo sigo en búsqueda, trato de ubicar todo y a todos en su sitio empezando por mí mismo. Hasta el momento sólo tengo una certeza: me gustaría que el amor fuese el motor de mi vida.