Arnau ya tiene 18 años, esa cifra mítica con la que se asume legalmente la mayoría de edad. Arnau ya puede votar, conducir un coche, etc.
No recuerdo el día que hice 18 años, señal de que tampoco fue muy especial para mí. En realidad, más allá de determinadas cuestiones formales no cambia nada. Sigues haciendo lo mismo, con las mismas personas, viendo el mundo de la misma manera, pensando igual, en definitiva, sigues siendo el mismo, porque no hay ningún resorte misterioso que provoque cambios en tí.
No obstante, en tu interior tienes conciencia de que un mundo nuevo se abre ante tí. Te planteas de una forma más seria el futuro, valoras qué quieres hacer de tu vida y te proyectas dentro de unos años con la mejor de tus formas soñadas. Así pues, aunque no cambie nada algo muy profundo empieza a cambiar de manera imperceptible, y sólo se hará visible un tiempo después.
Arnau, te deseo una vida próspera, basada en las ilusiones por hacer un mundo más justo y solidario, apoyada en unos valores bien enrraizados y en unas personas que te quieren y que siempre te apoyarán, entre los cuales me encuentro. Suerte campeón.