El pasado día 8 del mes 8 del año 8, a las 8 de la noche, dieron comienzo los Juegos olímpicos en Beijing (pequín, China). Predilección por el número 8 aparte, la ceremonia de apertura fue espectacular. Quizás un poco larga, pero tuvo el acierto de combinar pasado y presente, la historia del pueblo chino vista con los ojos de la modernidad, a través de montajes audiovisuales y de coreografías multitudinarias muy vistosas. Días después ha trascendido que una niña que cantaba lo hacía en play-back, poniendo cara a la voz de otra niña que había sido vetada por fea. Ya se sabe que no es oro todo lo que reluce.
En lo estrictamente deportivo tengo la sensación de que están siendo unos juegos increíbles. Phelps es el auténtico rey, no sólo en la piscina, sino en general; si acaba consiguiendo los ocho oros su gesta será casi imposible de superar. Hoy empieza el atletismo y se preveen algunos duelos super interesantes aunque sin duda destaca la prueba reina, la de los cien metros lisos. A nivel nacional, China está arrasando en el medallero. España a fecha de hoy sólo lleva dos medallas y ya van seis días de competición; si el atletismo y los deportes de equipo no lo remedian será un gran fracaso.
Estos días estoy enganchado a la tele, soy adicto a las olimpiadas, me da igual el deporte que estén retransmitiendo, baloncesto, voleibol, balonmano, hockey, tenis, natación, judo, esgrima... Me encanta el deporte, creo que es una buena escuela de vida. Hay que saber sacrificarse y disfrutar de lo que uno hace, saboreando las victorias y aprendiendo de las derrotas. El fracaso nos ayuda a crecer, el éxito nos ayuda a ser felices, el deporte nos ayuda a vivir.