No se trata de despejar una ecuación, ni de resolver una duda filosófica, "Enigma" es el nombre de una de las máquinas encriptadoras más famosas de la historia.En un magnífico artículo titulado "El arma secreta de Franco", firmado por Rafael Moreno Izquierdo, y publicado hoy en "El País", se desmenuza la historia de un lote de máquinas Enigma compradas por Franco a Hitler y que sirvieron al bando nacional para encriptar mensajes. Al parecer España fue uno de los bancos de prueba de estas particulares máquinas, que luego jugarían un papel muy destacado en las comunicaciones cifradas de la Segunda Guerra Mundial.
El modelo comercial D de la máquina Enigma estaba formado por tres filas de teclas con 26 letras del alfabeto y los guarismos del 0 al 9 en blanco. No hay papel, en su lugar hay un panel y varios rotores. Se trata, sin duda, de uno de los objetos más deseados por todos los criptógrafos, a pesar de que la máquina Enigma no fuera la más perfecta, ni la más manejable, ni la más segura.
Os invito a leer un pedazo de nuestra historia contado desde las perspectiva de estas máquinas. Resulta interesante ver como la criptografía, es decir, las matemáticas, pueden influir en el devenir de una situación tan extrema como lo fue la Guerra civil española y más tarde la SGM.