
La película, sin duda, lleva el sello de la directora: personajes muy especiales que viven situaciones vitales muy particulares, que se relacionan entre sí de una manera poco convencional, que se despojan de sus ropas y de sus palabras para hacer que hablen sus cuerpos y sus sentimientos, acompañados en todo momento de una preciosa música de fondo... Vaya, Coixet en estado puro.
No os dejéis llevar por algunas críticas donde se califica a la película con unos adjetivos que intimidan (hay escenas de sexo, pero están plenamente justificadas por la historia). Lo mejor es que la vayáis a ver y luego pongáis vosotros los calificativos más apropiados.