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No cabe duda que en momentos como los actuales, con la crisis de fe y de confianza que está viviendo la Iglesia, estos números son magníficos. Lo que me apena es pensar que cada vez son menos los autóctonos que quieren acceder a recibir el sacramento de la confirmación. Este año he tenido un grupo fantástico, muy constante, y con mucho interés en aprender y profundizar su fe, pero donde todos sus miembros eran de países sudamericanos. ¿Por qué los jóvenes y adultos de aquí no quieren dar ese paso?, ¿qué hacemos mal, o simplemente no hacemos?. Quizás es que la particularidad del barrio y de la parroquia llevan implícita esta situación, quizá.
En fin, más allá de estas cuestiones, creo que la ceremonia pasará a la historia, sobre todo por el increíble número de fotografías que se han hecho. Pensando en el año que viene hay que decirles a los confirmandos, sean de donde sean, que no se puede posar en el altar mientras la celebración está teniendo lugar!!!. Amén.