Este lunes se acaba el curso y es un buen momento para hacer balance, tanto desde el punto de vista cualitativo como cuantitativo.
Ya he dicho en ocasiones anteriores que ha sido un año agotador (para mí los años se miden según el calendario escolar). La tutoría de cuarto de la ESO, la coordinación de bachillerato, libros nuevos para Enciclopedia Catalana, cursos de formación... Llego cansado y con ganas de introducir algún cambio, aún así el balance final es tremendamente positivo.
Si me remito a los números las cuentas salen bien: todos los alumnos de mi tutoría que estaban en la cuerda floja han obtenido el título (cinco no lo han conseguido, lo siento especialmente por dos ellos), prácticamente todos los alumnos de segundo de bachillerato que han hecho la selectividad han aprobado (sólo dos de cincuenta y ocho no lo han conseguido y, francamente, tenían más números para eso que para aprobar), los libros de Tecno ya están en las escuelas y la previsión de ventas es tan buena como en años anteriores... en definitiva números buenos, muy buenos.
Mirando a las personas también ha sido un año intenso: lo más destacado mi boda con Olga en setiembre, el aborto de María, el nacimiento de Cesc y Carla... tampoco han faltado noticias tristes, en especial la muerte de Joserra y más recientemente la de Santiago. En el cole también hubo bodas y nacimientos, sustituciones y últimamente despedidas. En este último apartado esta semana hemos dicho "hasta pronto" a Amalia, Andreu y Maribel. Cada uno de ellos tiene ahora un nuevo reto por delante, pero casi con toda seguridad vinculado a la docencia.
Mucha suerte tutorandos, alumnos de segundo de bachillerato y compañeros. Que toméis las mejores decisiones y que vuestro futuro esté lleno de oportunidades aprovechadas y éxitos compartidos. Adelante.