
Es un musical que destaca por las canciones del famoso grupo sueco Abba. La puesta en escena y la actuación de los actores es correcta, el sonido resultó deficiente en la segunda parte del espectáculo y el calor abrumador, aún así el resultado final es excelente. La voz de Nina increíble. El público estuvo relajado (excepto Laura que bailó sin parar durante tres horas) hasta el final del espectáculo, momento en el que todo el mundo puesto en pie coreó y se movió al ritmo de las canciones de Abba. Que no pare la música.