Este año 2008 está llegando a su fin y el 2009 está asomándose por el horizonte, apenas queda un día y unas pocas horas para que entremos irremisiblemente en él. Como es costumbre, al menos en mí, es un buen momento para hacer balance y volver a marcarme nuevos objetivos.
Empezaba el 2.008 con dos deseos: ser padre y tener un cierto cambio a nivel profesional. El primero no pudo ser, pero sí (en parte) el segundo. También ha habido alegría, viajes (Roma, crucero, Alemania), salud, Carla y Cesc han venido al mundo... En otro orden de cosas, me satisface comprobar que he sido bastante disciplinado y he sabido encontrar tiempo para escribir en este blog y compartir muchísimos pensamientos con muchas personas, gracias por leerme. Reconozco que la tutoría del curso pasado me supuso un desgaste importante y la presidencia de la comunidad de vecinos me ha dado muchos dolores de cabeza. Germán, Joserra, Santi, obispo Carrera... seguid iluminando nuestras vidas y velad por nosotros. Como véis, a pesar de todo, en este balance tan personal y, por eso mismo, tan parcial, domina lo positivo y, por eso doy gracias a Dios.
Respecto al 2.009 espero que venga cargado de nuevos proyectos y de ilusiones renovadas. En el plano profesional tendré que tomar una decisión, tener dos trabajos supone una suerte de histeria y tiene un desgaste familiar que no estoy dispuesto a perpetuar. En el plano familiar, el año empieza con un coche nuevo, será cuestión de plantearse unas vacaciones diferentes. Confio que mi hermano, ahora en Líbano, regrese a casa sin ningún contratiempo, y que pueda ver el nacimiento de su nieta Natalia. Un recuerdo para los amigos de Costa de Marfil y Honduras, que tengan mucha suerte y su testimonio vital sea un ejemplo a seguir. Finalmente, deseo que todos tengamos salud y seamos capaces de dar lo mejor de nosotros mismos para construir una sociedad más justa y solidaria.
Adiós año 2.008, Feliz año 2.009.