Acabamos de realizar un crucero por el Mediterráneo con paradas para visitar: Florencia, Roma, Capri, Malta y Túnez. Durante siete días con sus siete noches hemos navegado a bordo del Grand Celebration y hemos tenido la oportunidad de visitar lugares fantásticos. La navegación ha sido tranquila excepto dos días en que la mar estaba movida y a mí se me acabaron moviendo las tripas y el cuerpo entero (Olga y los niños resistieron incomprensiblemente para mí). La comida, los espectáculos y el resto de los servicios eran muy correctos y todo estaba montado para uso y disfrute del viajero.
En Florencia visitamos el Duomo, el Campanile, la Piazza de la Signoria, la Galeria de los Ufizzi, el palacio Pitti y el Ponte Vecchio. En Roma fuimos al Coliseo, la Fontana di Trevi, la Piazza Navona, el castillo de S. Angelo y la basílica de san Pedro en el Vaticano. En la escala de Nápoles optamos por visitar la isla de Capri. En Malta decidimos coger una goleta y disfrutar de la laguna azul, un lugar increible entre las islas de Gozo y Comino, dominado por las aguas de color azul turquesa. Finalmente, en Túnez visitamos Cartago, Sidi Abu Said, el museo del Bardo y la famosa medina de la ciudad.
Como puede verse no ha faltado de nada: navegación, ocio, gastronomía, turismo, cultura, etc. Aunque, sin duda, lo mejor es el simple hecho de pasar una semana juntos disfrutando de una experiencia inolvidable para todos.