sábado, 22 de marzo de 2008

In the woods

Ayer fuimos al teatro Victoria a ver el musical titulado Boscos endins (In the woods). Casi tres horas de función dividida en dos partes: la primera para recordar algunos cuentos clásicos entremezclados; la segunda para ir más allá del final feliz y descubrir qué pasa luego con los diferentes personajes. Todo aderezado con una música muy pegadiza y una puesta en escena de Dagoll Dagom muy curiosa. En la sala había todo tipo de público: niños y mayores, personas solas, parejas, familias... y todos pudimos disfrutar del espectáculo.


La moraleja de la obra es destacable: la mayoría de los cuentos incorporan un bosque, mágico o no, donde acontecen cosas importantes para el desenlace. Cada uno de nosotros también tenemos un bosque interior y debemos adentrarnos en él para descubrirnos a nosotros mismos y poder llegar a ser plenamente felices. También hubo consejo final: los niños se miran en el espejo de sus mayores, harán y dirán lo que nos vean hacer y decir; siendo conscientes de esta realidad, debemos optar por el modelo de persona y de valores que queremos transmitir y actuar en consecuencia.

Nunca he sido amante de musicales y, sin embargo, reconozco que cuando he ido a ver uno he disfrutado mucho y lo mismo puedo decir del teatro en general. Suelo ir mucho al cine porque me encanta el séptimo arte y porque económicamente supone un coste mínimo. El teatro posiblemente está un paso por encima y las sensaciones que uno experimenta viendo una obra pueden ser extraordinarias y de una gran complicidad con los actores, la pena es que sea tan caro. Quizás, a estas alturas, las instituciones ya deberían considerar el teatro un bien de interés público y subvencionarlo para fomentar la asistencia de grandes y mayores a este espectáculo tan increíble. The show must go on!