Mañana hay elecciones generales en España. Zapatero y Rajoy se disputan el puesto de presidente del gobierno en unos comicios que se presumen más ajustados que nunca, y en los que terceros partidos pueden tener mucho que decidir. Hoy, por supuesto, es jornada de reflexión, pero está marcada -una vez más- por un atentado terrorista. Ayer, la banda criminal ETA asesinó a tiros en presencia de su familia al exconcejal socialista en Mondragón, Isaías Carrasco. Es su manera de incidir en una campaña a la que no han sido invitados por deméritos propios.
Las actuaciones policiales y judiciales de los últimos años han dejado muy debilitada a una banda de asesinos que todavía cree en las armas y el tiro en la nuca como única forma de conseguir la independencia de Euskadi, resulta terrible. ¿Cómo es posible que aún haya personas con semejante forma de pensar y de actuar?. Lamentablemente aún quedan otros grupos parecidos más allá de nuestras fronteras que siguen haciendo la misma apuesta, la de las armas y la violencia, para tratar de imponer sus ideas.
En un mundo tan increiblemente diverso como el nuestro es normal que haya multiplicidad de ideas. De hecho, las ideas son necesarias para seguir dinamizando el mundo y para conducirlo hacia el futuro, sin olvidar y aprender de los errores del pasado. Pero no todas las ideas pesan lo mismo ni todas las ideas valen lo mismo, personalmente creo que las ideas excluyentes deberían ser excluidas. En cualquier caso, lo que resulta inaceptable es querer imponer determinadas ideas pasando por encima de los derechos de las personas e incluso de su vida.
ETA se equivoca si piensa que algún día vencerá su sinrazón. Y para demostrarles lo equivocados que están lo más acertado es ir mañana a las urnas y votar por aquel partido que mejor nos parezca, pero partido democrático al fin y al cabo. Un día de estos la democracia nos traerá la derrota de los violentos y ese día Isaías llorará de alegría desde el cielo. Descansa en paz.