Hace dos días nos enteramos de la muerte de Lali, la tía de Olga. La distancia hizo que la sensación de pérdida, dolor e impotencia se multiplicaran.
Lali llevaba más de un año luchando contra la enfermedad pero, desgraciadamente, al final el cáncer de pulmón resultó más fuerte que ella. Mi recuerdo de Lali es el de una persona amable, familiar, educada, cariñosa, a la que nunca oí hablar mal de nadie. También era una persona tierna y frágil, una percepción que quizás se acentuaba por su delgadez extrema. A pesar de todo, luchó con toda su alma contra ese maldito cáncer, porque amaba la vida, amaba a Jose y amaba a los suyos.
No sabemos cómo han sido los últimos momentos de Lali pero seguro que se fue discretamente, como una vela que se apaga o un tierno pájaro que echa volar consciente que es su último vuelo. Seguro que aleteando llegarás pronto al cielo y desde allí seguirás velando por todos los que hemos tenido la suerte de compartir toda o una parte de nuestra vida contigo. Vuelta alto Lali, vuela alto, la virgen de Guadalupe te guiará. Hasta siempre.