Cuarenta años atrás, en 1969, nací en Don Benito (Badajoz). Allí crecí hasta que con cinco años de edad mis padres, mi hermana y yo (toda la familia excepto mi hermano mayor) nos vinimos a Barcelona, más concretamente a l'Hospitalet. En mi infancia y adolescencia no concebía unas vacaciones de verano sin pasar por Don Benito. Tras la muerte de mis abuelos y la venta de la casa "en el pueblo" las visitas se volvieron esporádicas y desaparecieron por completo cuando empecé a colaborar con Akwaba y a viajar por el mundo. Tanto es así, que ahora hacía quince años que no pisaba Don Benito y, por tanto, que no veía a una gran parte de mi familia. Pues bien, Olga, mi madre y yo hemos estado unos días en la tierra que me vio nacer.
La razón principal del viaje era que mi madre pudiese ver a su hermana, mi tía Fernanda, pero ya de paso he presentado a Olga a mi familia extremeña y he conocido a los hijos de mis primos. También hemos podido hacer un poco de turismo y hemos visitado Mérida, Guadalupe, Trujillo y Caceres, todo ello bajo un calor de consideración, pero con enorme interés.
Ha resultado agradable volver a pisar esa tierra que representa mis raíces. Nunca he hecho bandera de mis orígenes pero tampoco he renunciado a ellos. Don Benito representa una parte importante de mi vida, que sigue estando ahí, muy viva a pesar de mi ausencia y mi olvido, de la que acabo de hacer partícipe a Olga, y confío que Carles y Laura sean los próximos.
