sábado, 10 de agosto de 2013

Crêpe completa en Quimper

Quimper (la confluencia) se extiende alrededor de la unión del río Steir y el Odet. Al parecer mientras el rey Gradlon buscaba la mítica ciudad de Ys tragada por las aguas, convirtió Quimper en la capital de Cornouaille. Los romanos desarrollaron el destino comercial de la ciudad. En el siglo XIII, los gremios se instalaron alrededor de la catedral, que estaba en construcción. Los ricos emisarios del rey de Francia confirmaron el auge de la ciudad y construyeron palacetes. Desde entonces, la ciudad se extiende con elegancia a lo largo de sus muelles floridos.

La construcción de la catedral necesitó tres siglos. El resultado es uno de los mejores ejemplos del arte gótico. Las dos agujas se elevan a 76 m y están magníficamente restauradas. Hay que superar el pórtico para ver lucir los vitrales. Frente a los apóstoles, las calles adoquinadas nos conducen a la Edad Media, ante las casas medievales de la calle Kereon (zapateros) con bonitas perspectivas a Saint-Corentin. La plaza au Beurre y la calle Elie-Freron rivalizan en belleza.

De Quimper destacar dos cositas: la primera es que en la plaza au Beurre nos comimos una crêpe completa riquísima; la segunda es que pernoctamos en un hotel muy céntrico en una habitación dúplex más propia de un pueblecito de montaña del Pirineo que del centro de Quimper.