Aunque no sea estrictamente Bretaña, es de visita obligada la Abadía de Sant Michel, una maravilla considerada Patrimonio de la Humanidad. El Monte Saint-Michel está situado sobre un promontorio rocoso en una isla del canal de la Mancha, en la región de Baja Normandía. Se trata de una de las estampas más inéditas y fantásticas que haya visto jamás.
Esta bahía esta condicionada por las fuertes mareas del estuario del río Couesnon, causadas por la acción de las estrellas, sobre todo de la luna y el sol. Estos fenómenos se acentúan en la bahía del Mont Saint-Michel. Las mareas espectaculares de la bahía contribuyeron mucho a hacer del monte una fortaleza inexpugnable.
Tuvimos suerte y pudimos hacer la visita guiada a la abadía. Su arquitectura, su historia, su mística, su ubicación... todo hace de este lugar algo único. Envuelta en edificios del siglo VIII, después de disfrutar con esta maravillosa abadía, se puede culminar la visita caminando y "perdiéndose" por las calles de este pueblecito y sus numerosos rincones que transportan a épocas pasadas.