Una parte importante de nuestra vida está dominada por el lenguaje, por las palabras. Sin ellas sería muy difícil comunicarnos, relacionarnos, expresarnos. El diccionario está lleno de palabras y, sin embargo, cada uno de nosostros apenas utilizamos unos cientos de ellas. La tendencia actual entre los jóvenes va más allá pues incluso las abrevian en su afán por economizar el tiempo, ¿o es por minimizar el esfuerzo que supone comunicarse con alguien?. Sea como fuere las palabras pensadas, dichas, escritas, leídas, e incluso las inventadas, nos ayudan a entender mejor el mundo que nos rodea.
Hay palabras y expresiones que tienen un peso específico y un significado más relevante que la mayoría. Hoy me quiero fijar en tres de esas expresiones: "lo siento", "muchas gracias" y "te quiero". Seguro que hay muchas otras expresiones igual de relevantes pero en mi modesta opinión si fuésemos capaces de decir alguna de estas tres en el momento adecuado, y a la persona oportuna, el mundo sería otro. Nos cuesta mucho pedir perdón, agradecer algo que se ha hecho por nosotros o decirle a la persona querida lo que sentimos por ella, ¿por qué?.
Cuando decimos que lo sentimos estamos reconociendo que nos hemos equivocado y deseamos que nuestro error sea enmendado; pedir perdón es un gesto de humildad y nos enaltece como personas. Agradecer a otra persona algo que ha hecho o dicho por nosotros también es sublime, pues el agradecimiento nos identifica como personas ecuánimes y justas. Por último, expresar el cariño o el amor que sentimos por otro ser humano es algo maravilloso, es un sentimiento tan intenso que serviría incluso para darle sentido a toda una vida.
A veces esas palabras tan intensas se dicen cuando uno vislumbra el final de su existencia personal. Espero que mi existencia tenga aún camino por recorrer, sin embargo hoy siento la necesidad de decir: perdón a todos aquellos a los que, de forma consciente o no, haya podido causar el más mínimo dolor; gracias a todos los que me ayudáis a darle forma y color a la vida; a todos vosotros que hacéis de mí una persona querida y valorada, yo también os quiero.